Los piropos a una
chica que camina por la calle en falda, los chistes de que las mujeres
no saben conducir, esa idea de que dos mochileras "viajan solas".
Ese machismo implícito en el lenguaje es lo que llevó al escritor y periodista argentino Hernán Casciari a escribir #MeHagoCargo, una publicación de Facebook en el que se declara culpable de ataques de género menores, pero a la vez cruciales. El texto se volvió viral.
"El machismo está en el lenguaje y en la ideología que muchos hombres, así no nos creamos machistas, usamos día a día", le dice a BBC Mundo Casciari, quien es reconocido especialmente en el Río de la Plata por cuentos como "Messi es un perro".
Su testimonio #MeHagoCargo fue publicado el miércoles, día en que cientos de miles de mujeres -y hombres- protestaron en Argentina y otros países de América Latina en contra de la violencia de género.
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El papel de los hombres en el machismo, no solo como gestores de abusos sino perpetuadores de prácticas machistas, se ha convertido en un elemento central del debate de los últimos días.
"Soy culpable"
La reflexión en primera persona de Casciari, que ha sido compartida más de 10.000 veces en un día, resumió el dilema de muchos hombres en una pregunta: "¿Acaso yo, como culpable, también debo hacer algo?"."El texto se desprende de una serie de artículos cortos que escribí en internet en los últimos años en los que hoy puedo notar elementos machistas", explica el escritor de 45 años.
Uno de ellos, da como ejemplo, es "La verdadera edad de los países", un post en el que hace un estilo de perfiles personales de los países con base en estereotipos que se le suelen atribuir a ciertas personalidades; entre ellas, la que se le da a la mujer.
"Son textos que me avergüenzan, pero que decidí mantener publicados (en internet) porque son una prueba de que no tengo la concepción de igualdad de género que quisiera y creía tener", explica a BBC Mundo.
En Facebook, Casciari escribió: "Me cuesta mucho, cada vez que lloro, no decir 'parezco mina' o 'me puse putito'".
"Son muchos años de ser un imbécil que se creía gracioso", agregó.
"No voy a poner el avatar rosa en mi wasap (Whatsapp). No voy a usar el hashtag ni voy a hacerme el copado", escribió en referencia a #NiUnaMenos, la etiqueta y el nombre del movimiento de mujeres que ha convocado estas marchas.
"Mi único hashtag sincero es #MeHagoCargo. Solamente vengo a decir que soy culpable y que fui parte del problema".
La abrumadora mayoría de las personas presentes en la marcha del miércoles en Buenos Aires eran mujeres, pero hubo más hombres de los que se esperaban.
Antes de la protesta, varios grupos de mujeres pidieron a los hombres que se abstuvieran de asistir, después de que una manifestación en Rosario hace unas semanas terminara dispersada por la policía.
Al parecer, hubo hombres infiltrados en Rosario que entraron a la manifestación para sabotearla, haciendo grafitis en edificios públicos e iglesias.
"Pero yo tengo derecho a protestar porque apoyo la causa y soy parte del problema", le dijo a BBC Mundo Benjamín Trelles, un estudiante porteño que, como las mujeres que lo rodeaban, estaba vestido de negro en signo de protesta y había realizado el paro horas antes al que convocaron organizaciones femeninas.
Algo en la misma línea decía la pancarta que cargaba un hombre sin ropa manifestando el miércoles en Buenos Aires: "Estoy semidesnudo rodeado por el sexo opuesto y me siento protegido, no intimidado. Quiero lo mismo para ellas".
Cada vez son más los hombres que creen que deben activarse para acabar con la violencia de género.
"Los hombres no podemos quedarnos en la liviandad de decir que un piropo no es violencia ni en la indiferencia de decir que las que deben protestar contra la violencia son solo las mujeres", asegura Casciari.
Algunas mujeres, por su parte, también reconocen que deben poner un grano de arena asumiendo que la lucha es de todos los ciudadanos.
"Con el cuestionamiento, con una mirada crítica de todos y con la llegada de nuevas generaciones, podemos lograr que el machismo deje de expresarse en el lenguaje que usamos en la vida cotidiana", le dice a BBC Mundo Mariana Vargas, una abogada argentina experta en derechos de la mujer.
Pero es un machismo, acota, que perpetúan "tanto hombres como mujeres".
Y reconoce: "No debemos perder la perspectiva de que hay asuntos más graves (que el lenguaje), como la desigualdad de salarios, de horarios laborales y de concepciones sobre los oficios, que requieren cambios urgentes".
Según un estudio de la consultora Mercer, por ejemplo, las mujeres cobran 33% menos que los hombres en el mismo puesto en Argentina.
Como Casciari, muchos creen que los hombres pueden -y deben- ser agentes de ese cambio.
En palabras del propio Casciari: "Esta lucha es, sin dudas, lo más revolucionario que le pasó al país en décadas. Un día vamos a mirar para atrás y nos parecerá increíble que nosotros hayamos tardado tanto en reaccionar".
"Nuestros nietos, queridas, van a estar muy orgullosos de ustedes".
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